Desgarro de menisco

Generalidades de la afección

¿Qué es un desgarro de menisco?

Un desgarro de menisco es una lesión común de la rodilla. El menisco es un disco de consistencia gomosa, con forma de C, que amortigua el impacto de los pasos en la rodilla. Cada rodilla tiene dos meniscos: uno en el borde externo de la rodilla y otro en el borde interno. Los meniscos mantienen estable la rodilla equilibrando el peso en toda la rodilla. Un desgarro de menisco puede impedir que la rodilla funcione bien.

¿Cuál es la causa de un desgarro de menisco?

Por lo general, el desgarro de menisco es causado por una torsión o un giro rápidos, a menudo con el pie apoyado mientras se dobla la rodilla. Los desgarros de menisco pueden producirse cuando levanta algo pesado o cuando hace deporte. A medida que envejece, los meniscos se desgastan. Esto puede hacer que se desgarren con más facilidad.

¿Cuáles son los síntomas?

Existen tres tipos de desgarro de menisco. Cada uno tiene síntomas particulares.

Con un desgarro menor, es posible que tenga dolor e hinchazón leves. Por lo general, desaparece en 2 o 3 semanas.

Un desgarro moderado puede provocar dolor en el costado o en el centro de la rodilla. La hinchazón empeora lentamente en el transcurso de 2 o 3 días. Esto podría provocar rigidez en la rodilla y limitar la capacidad de flexión de esta, pero por lo general usted puede caminar. Podría sentir un dolor agudo cuando hace una torsión con la rodilla o cuando se sienta en cuclillas. Estos síntomas pueden desaparecer en 1 o 2 semanas, pero pueden reaparecer si hace una torsión con la rodilla o la usa de modo excesivo. Es posible que el dolor aparezca y desaparezca durante años si no se trata el desgarro.

En los desgarros graves, pueden pasar fragmentos del menisco desgarrado al espacio articular. Esto puede hacer que la rodilla se atore, haga un ruido tipo chasquido o se trabe. Es posible que no pueda estirarla. Quizá sienta la rodilla "tambaleante" o que cede en forma inadvertida. Podría hincharse o ponerse rígida inmediatamente después de la lesión o en el término de 2 o 3 días.

Si usted es mayor y tiene el menisco desgastado, es posible que no sepa cuál fue la causa del desgarro. Es posible que solo recuerde sentir dolor después de ponerse de pie luego de estar acuclillado, por ejemplo. A menudo, los únicos síntomas son dolor e hinchazón leve.

¿Cómo se diagnostica un desgarro de menisco?

Su médico le preguntará sobre lesiones pasadas y qué estaba haciendo cuando le empezó a doler la rodilla. Un examen físico ayudará a su médico a determinar si la causa del dolor es un desgarro de menisco. Su médico examinará ambas rodillas para ver si tiene sensibilidad y amplitud de movimiento, y para saber el grado de estabilidad de la rodilla. Por lo general, también se realizan radiografías.

Es posible que deba consultar a un cirujano ortopédico para que le realicen más pruebas. Estas pruebas podrían incluir una MRI (examen de imágenes por resonancia magnética), que puede proporcionar una imagen clara de la ubicación del desgarro y de su gravedad.

¿Cómo se trata?

El modo en que su médico trate su desgarro de menisco depende de varios factores, como el tipo de desgarro, su ubicación y su gravedad. Es posible que su edad y su grado de actividad también influyan en las opciones de tratamiento.

El tratamiento podría incluir:

  • Reposo, hielo, envolver la rodilla con una venda elástica y mantener la pierna elevada sobre almohadas.
  • Fisioterapia.
  • Cirugía para reparar el menisco.
  • Cirugía para extirpar parte del menisco.

Herramientas de salud

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Síntomas

Los síntomas del desgarro de menisco dependen del tamaño y de la ubicación del desgarro y de si se han producido o no otras lesiones de la rodilla además del desgarro. El dolor también puede deberse a la hinchazón y la lesión de los tejidos que lo rodean.

Con los desgarros pequeños, es posible que usted tenga dolor mínimo al momento de la lesión. A menudo se desarrolla hinchazón leve en forma gradual durante varios días. Muchas veces, usted puede caminar con dolor mínimo solamente, aunque el dolor aumenta al acuclillarse, al levantarse o al ponerse de pie. Por lo general, estos síntomas desaparecen en 2 o 3 semanas, aunque el dolor podría reaparecer al flexionar o hacer una torsión.

En un desgarro moderado típico, se siente dolor en el costado o en el centro de la rodilla, según la ubicación del desgarro. A menudo, usted puede caminar de todos modos. Por lo general, la hinchazón aumenta en forma gradual en el transcurso de 2 o 3 días y podría provocar rigidez en la rodilla y limitar la capacidad de flexión. A menudo aparece un dolor agudo al hacer una torsión o al acuclillarse. Los síntomas podrían disminuir en 1 o 2 semanas, pero podrían reaparecer cuando hace actividades que implican torsión o debido al uso excesivo. El dolor podría aparecer y desaparecer durante años si no se trata.

Los desgarros más grandes, por lo general, causan más dolor e hinchazón inmediata, además de rigidez. La hinchazón puede desarrollarse en el transcurso de 2 o 3 días. Pueden flotar fragmentos del menisco desgarrado y pasar al espacio articular. Esto puede hacer que la rodilla se atore, haga un ruido tipo chasquido o se trabe. Es posible que no pueda enderezar la rodilla. También puede sentir que la rodilla está "tambaleante" o inestable, o que cede en forma inadvertida. Si se producen otras lesiones con el desgarro de menisco, especialmente desgarro de ligamentos, es posible que tenga más dolor, hinchazón, una sensación de inestabilidad en la rodilla y dificultad para caminar.

Es posible que las personas mayores cuyos meniscos están desgastados no puedan identificar una situación específica que haya ocasionado el desgarro, o quizá recuerden que empezaron a tener síntomas después de un incidente menor, como levantarse luego de estar acuclillados. A menudo, los únicos síntomas son dolor e hinchazón mínima.

El dolor en la parte interna de la rodilla puede significar que hay un desgarro en el menisco medial. El dolor en la parte externa de la rodilla afectada puede significar que hay un desgarro en el menisco lateral.

Exámenes y pruebas

Durante un examen para detectar un posible desgarro de menisco, su médico le preguntará acerca de lesiones pasadas y qué estaba haciendo cuando empezó a dolerle la rodilla. Le realizará un examen de ambas rodillas para evaluar si tiene sensibilidad, amplitud de movimiento y estabilidad en la rodilla. Por lo general, se realiza una radiografía para evaluar los huesos de la rodilla si hay hinchazón, si tiene dolor en un lugar determinado (dolor con la palpación) o si no puede poner peso en la pierna.

Es posible que tenga demasiado dolor o hinchazón en la rodilla como para que le hagan un examen completo. En este caso, su médico podría quitarle líquido de la articulación e inyectarle un anestésico (anestésico local) en la articulación. Esto podría aliviar el dolor lo suficiente como para que puedan realizarle un examen. O el examen podría posponerse una semana mientras usted cuida la rodilla en el hogar con reposo, hielo, compresión y elevación.

Es posible que su médico de familia o un médico de la sala de emergencias le refiera a un ortopedista para que le haga un examen más completo. Es posible que el ortopedista le indique un examen de imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) si el diagnóstico es incierto. Una MRI suele brindar una buena imagen de la ubicación y del alcance de un desgarro de menisco y también proporciona imágenes de los ligamentos, el cartílago y los tendones.

Es posible que el ortopedista recomiende una artroscopia, un procedimiento que se usa para examinar y reparar el interior de la articulación de la rodilla introduciendo un tubo delgado (artroscopio) que contiene una cámara con luz a través de una pequeña incisión cerca de la articulación de la rodilla. Con la artroscopia, el ortopedista puede ver en forma directa y posiblemente tratar el menisco y otras partes de la rodilla.

Generalidades del tratamiento

Deben considerarse muchos factores a la hora de decidir cómo tratar el desgarro de menisco, lo que incluye el alcance y la ubicación del desgarro, el nivel de dolor, la edad y el nivel de actividad, y la preferencia de su médico, además del momento en que se produjo la lesión. Sus opciones de tratamiento son las siguientes:

  • Tratamiento no quirúrgico con reposo, hielo, compresión, elevación y fisioterapia. Esto podría incluir el uso de un aparato ortopédico temporal en la rodilla.
  • Reparación quirúrgica para suturar el desgarro.
  • Meniscectomía parcial , una cirugía en la que se extirpa la parte desgarrada.
  • Meniscectomía total, una cirugía en la que se extirpa todo el menisco. Por lo general, esto se evita debido a que esta opción aumenta el riesgo de osteoartritis en la rodilla.

Siempre que sea posible, la cirugía del menisco se realiza mediante artroscopia, en lugar de realizar un corte grande en la rodilla.

La ubicación (zona) del desgarro es una de las cosas más importantes que ayuda a determinar el tratamiento.

  • Los desgarros en el borde externo del menisco (zona roja) tienden a cicatrizar bien debido a que existe una irrigación sanguínea adecuada. Los desgarros menores podrían cicatrizar solos con un aparato ortopédico y reposo. Si no cicatrizan o si se considera que es necesaria su reparación, el desgarro puede suturarse. Esta reparación suele ser exitosa en la zona roja.
  • Los dos tercios internos (zona blanca) del menisco no tienen una irrigación sanguínea adecuada, de manera que no cicatrizan bien solos ni después de su reparación. Si flotan fragmentos desgarrados en el espacio articular, lo que podría hacer que se "trabe" la rodilla o que cause otros síntomas, se extirpa la parte desgarrada (meniscectomía parcial) y se rasuran los bordes del menisco restante para alisarlo.
  • Cuando el desgarro se extiende desde la zona roja hacia la zona blanca, podría haber una irrigación sanguínea suficiente para la cicatrización. El desgarro podría repararse o extirparse. Esto lo decide el cirujano ortopédico durante la cirugía.

Además, el patrón del desgarro podría determinar si un desgarro puede repararse o no. Los desgarros longitudinales a menudo pueden repararse. Los desgarros radiales podrían ser reparables según su ubicación. Por lo general, los desgarros horizontales y tipo "flap" (oblicuos) no pueden repararse.

Es preferible preservar la mayor cantidad posible de menisco. Si se puede reparar con éxito el menisco, salvar el menisco lesionado a través de una reparación de menisco reduce la posibilidad de degeneración articular de la rodilla en comparación con una extirpación parcial o total (meniscectomía). La reparación de menisco es más exitosa en personas jóvenes (los expertos creen que las personas menores de alrededor de 40 años tienen los mejores resultados), en rodillas con buena estabilidad de los ligamentos, si el desgarro se encuentra en la zona roja y si la reparación se hace en las primeras semanas posteriores a la lesión (aguda).nota 1

La reparación de menisco podría prevenir cambios degenerativos en la articulación de la rodilla. Muchos médicos consideran que una reparación exitosa del menisco reduce el riesgo de artritis de aparición temprana debido a que reduce el esfuerzo en la articulación de la rodilla.

La mayoría de las veces, los ortopedistas realizan una cirugía de menisco con artroscopia, un procedimiento que se usa para examinar y luego tratar el interior de una articulación introduciendo un tubo delgado (artroscopio) que contiene una cámara y una luz a través de incisiones pequeñas cerca de la articulación. Los instrumentos quirúrgicos se introducen a través de otras pequeñas incisiones cerca de la articulación. Algunos desgarros requieren una cirugía abierta de la rodilla.

La rehabilitación varía según la lesión, el tipo de cirugía, la preferencia de su cirujano ortopédico, y la edad, el estado de salud y las actividades. Los tiempos varían, pero, en general, luego de la cirugía de menisco se debe hacer reposo, caminar y realizar ejercicios determinados. Una vez que tenga una amplitud de movimiento total sin dolor y la fuerza de la rodilla haya regresado a la normalidad, usted puede reanudar su nivel de actividad previo.

Para conocer algunos ejercicios que puede hacer en el hogar (con la aprobación de su médico), vea:

Es posible que se produzcan otras lesiones en la rodilla, más comúnmente en el ligamento cruzado anterior (LCA) y/o el ligamento lateral interno, en el mismo momento que un desgarro de menisco. En estos casos, el plan de tratamiento es diferente. Generalmente, su ortopedista tratará el menisco desgarrado, si fuera necesario, durante la cirugía para el LCA. En este caso, se sigue el plan de tratamiento de rehabilitación del LCA.

El trasplante de menisco es un tratamiento experimental para los desgarros de menisco. Podría ser una buena opción en el caso de un menisco que ya está debilitado o con cicatrices debido a una lesión o tratamiento previos. En este procedimiento quirúrgico, se trasplanta un cartílago meniscal de un donante (aloinjerto) en la rodilla.

A fin de cumplir los requisitos para un trasplante de menisco, una persona:

  • Debe tener menos de 50 años.
  • Debe haber terminado de crecer.
  • No debe ser obesa.
  • Debe tener dolor e hinchazón en la rodilla que no hayan respondido a otro tratamiento.
  • No debe tener artritis en la articulación de la rodilla o la artritis debe ser mínima.
  • Debe tener la rodilla bien alineada, es decir, no debe tener las rodillas desviadas hacia afuera (piernas arqueadas) ni hacia adentro (piernas en X).

Tratamiento en el hogar

Si ha tenido recientemente una lesión en la rodilla, tome estas medidas de primeros auxilios para reducir el dolor y la hinchazón:

  • Haga reposo y reduzca la actividad. Evite los movimientos o las posiciones que provoquen molestia. Según la lesión y el dolor, es posible que su médico le recomiende usar muletas y un aparato ortopédico.
  • Aplíquese hielo o una compresa fría sobre la rodilla de 10 a 20 minutos cada vez. Trate de hacerlo cada 1 o 2 horas durante los siguientes 3 días (cuando esté despierto) o hasta que la hinchazón baje. Póngase un paño delgado entre el hielo y la piel.
  • Eleve la pierna a una altura por encima del corazón.
  • Pregúntele a su médico si puede tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno o naproxeno para aliviar el dolor y reducir la hinchazón. Sea prudente con los medicamentos. Lea y siga todas las indicaciones en la etiqueta.
  • Siga las indicaciones de su médico de hacer reposo y para rehabilitar la rodilla.

Si el desgarro es leve y sus síntomas desaparecen, es posible que su médico le recomiende una serie de ejercicios para fortalecer el cuádriceps y los isquiotibiales, y para aumentar la flexibilidad. Es importante que siga los consejos de su médico para evitar una nueva lesión o que se vuelva a lesionar el mismo lugar.

El tiempo de recuperación después de la cirugía dependerá de muchas cosas, incluyendo la lesión y el tipo de cirugía que se haga.

Referencias

Citas bibliográficas

  1. McMahon PJ, et al. (2014). Sports medicine. In HB Skinner, PJ McMahon, eds., Current Diagnosis and Treatment in Orthopedics, 5th ed., pp. 88–155. New York: McGraw-Hill.

Otras obras consultadas

  • American College of Radiology (2011). ACR Appropriateness Criteria: Acute Trauma to the Knee. Available online: http://www.acr.org/SecondaryMainMenuCategories/quality_safety/app_criteria/pdf/ExpertPanelonMusculoskeletalImaging/AcuteTraumatotheKNEEDoc2.aspx.
  • Paxton ES, et al. (2011). Meniscal repair versus partial meniscectomy: A systematic review comparing reoperation rates and clinical outcomes. Arthroscopy, 27(9): 1275–1288.

Créditos

Revisado: 17 julio, 2023

Autor: El personal de Healthwise
Comité de revisión clínica
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