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Problemas respiratorios, 11 años o menos
Generalidades
La mayoría de los bebés y de los niños mayores tienen varias infecciones leves en el aparato respiratorio cada año.
Aparato respiratorio superior
El aparato respiratorio superior incluye la nariz, la boca, los senos paranasales y la garganta. Un niño con una infección respiratoria de las vías altas podría sentirse incómodo y sonar muy congestionado. Otros síntomas de una infección respiratoria de las vías altas incluyen:
- Goteo o congestión de la nariz. Esto podría provocar la obstrucción de las fosas nasales y hacer que el niño respire por la nariz o la boca.
- Irritabilidad, intranquilidad, falta de apetito y disminución del nivel de actividad.
- Tos, especialmente mientras está acostado.
- Fiebre que aparece repentinamente y que puede alcanzar los 105 °F (41 °C).
Aparato respiratorio inferior
El aparato respiratorio inferior incluye los bronquios y los pulmones. Los problemas respiratorios son menos comunes en el aparato respiratorio inferior que en el aparato respiratorio superior.
Por lo general, los síntomas de un problema respiratorio de las vías bajas (bronquios y pulmones) son más graves que los síntomas de un problema respiratorio de las vías altas (boca, nariz, senos paranasales y garganta). Un niño con un problema respiratorio de las vías bajas tendrá más probabilidades de necesitar una visita a un médico que un niño con un problema respiratorio de las vías altas.
Los síntomas de infecciones del aparato respiratorio inferior incluyen:
- Tos superficial, que se extiende a lo largo del día y de la noche.
- Fiebre, que podría ser alta con algunas infecciones del aparato respiratorio inferior, como neumonía.
- Irritabilidad, intranquilidad, falta de apetito y disminución del nivel de actividad.
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Dificultad para respirar. Es posible que note:
- Respiración rápida.
- Gruñidos, que se escuchan durante la etapa de exhalación de la respiración. La mayoría de los bebés gruñen, de vez en cuando, al dormir. Pero el gruñido que ocurre con una respiración rápida y superficial podría significar una infección en el aparato respiratorio inferior.
- Respiración sibilante (que es un sonido diferente del crup).
- Agrandamiento de las fosas nasales y uso de los músculos del cuello, del pecho y abdominales para respirar, lo que causa una "succión" entre las costillas o debajo de estas ( retracciones).
Los problemas respiratorios pueden tener muchas causas.
Infecciones virales
Las infecciones virales causan la mayoría de las infecciones respiratorias de las vías altas. Los dolores de garganta, los resfriados, el crup y la gripe son enfermedades virales comunes en bebés y niños mayores. Por lo general, estas infecciones son leves y desaparecen al cabo de entre 4 y 10 días, pero pueden ser graves ocasionalmente. Para obtener más información, vea los temas Crup y Gripe estacional.
El tratamiento en el hogar puede ayudar a aliviar los síntomas del niño. Por lo general, la infección mejora por su cuenta en una semana y desaparece en 14 días.
Los antibióticos no se utilizan para el tratamiento de enfermedades virales y no alteran el curso de las infecciones virales. El uso innecesario de antibióticos expone a su hijo a los riesgos de una reacción alérgica y efectos secundarios causados por antibióticos, como náuseas, vómito, diarrea, salpullidos e infecciones por cándida (hongo en forma de levadura). Los antibióticos también pueden eliminar las bacterias beneficiosas y fomentar el desarrollo de bacterias peligrosas resistentes a los antibióticos.
Las infecciones virales del aparato respiratorio inferior podrían ser leves, similares a las infecciones del aparato respiratorio superior. Un ejemplo de una posible infección viral grave es la bronquiolitis. Hasta el 10% de los bebés y niños con infecciones virales del aparato respiratorio inferior, como aquellas causadas por un virus respiratorio sincicial (RSV, por sus siglas en inglés), podrían llegar a tener una grave obstrucción de las vías respiratorias y requerir la hospitalización para tratamiento. Para obtener más información, vea los temas Bronquitis aguda, Neumonía e Infección por el virus respiratorio sincicial.
Infecciones bacterianas
Los senos paranasales y la garganta son los lugares más comunes para las infecciones bacterianas en el aparato respiratorio superior. Una infección de los senos paranasales es un ejemplo de una infección bacteriana de las vías respiratorias altas.
La neumonía bacteriana puede aparecer después de una enfermedad viral como una infección secundaria o aparecer como la primera señal de una infección respiratoria de las vías bajas. En bebés y niños pequeños, la primera señal de infección suele ser la respiración rápida, la irritabilidad, la disminución de la actividad y la alimentación deficiente. Los antibióticos son eficaces contra las infecciones bacterianas.
La tuberculosis es una infección bacteriana menos común del aparato respiratorio inferior.
Alergias
Las alergias son una causa común de los problemas respiratorios. Los síntomas de alergia en niños incluyen:
- Goteo transparente y acuoso de la nariz o congestión nasal. A menudo, los niños se frotan la nariz empujando la punta hacia arriba con la palma de la mano ("saludo alérgico").
- Estornudos y lagrimeo en los ojos. A menudo, aparecen círculos oscuros bajo los ojos ("ojos morados debido a la alergia").
- Irritabilidad y pérdida de apetito.
Asma
Por lo general, los bebés y los niños pequeños no tienen asma. Pero la cantidad de nuevos casos de asma aumenta con la edad.
- En bebés y niños pequeños, una tos persistente podría ser el único síntoma de asma leve.
- Si el asma empeora, los síntomas podrían incluir respiración sibilante y falta de aire después del ejercicio o por la noche.
- En el asma grave, los síntomas más comunes son la dificultad para respirar (usar los músculos del cuello, el pecho y abdominales para respirar) y un sonido agudo al respirar (respiración sibilante).
- A menudo, las alergias y el asma ocurren juntos. Para obtener más información, vea el tema Asma en niños.
Otras causas
Además del asma, de las alergias y de la infección, otras causas posibles de problemas respiratorios en niños incluyen:
- Exposición al humo de cigarrillo. El humo de tabaco afecta el crecimiento y el desarrollo de los pulmones. Los niños que están expuestos al humo de tabaco, aun antes del nacimiento (prenatal), tienen más probabilidades de tener asma y otros problemas respiratorios.
- Obstrucción de las vías respiratorias por objetos inhalados, tales como comida, un fragmento de un globo o un pequeño juguete. Para obtener más información, vea el tema Objetos tragados o inhalados.
- Problemas que han estado presentes desde el nacimiento (causas genéticas), como fibrosis quística.
Los bebés y los niños de menos de 3 años podrían tener más síntomas relacionados con problemas respiratorios que los niños mayores y podrían enfermarse más. Por este motivo, se necesita prestar más atención a los niños más pequeños. El tipo y la gravedad de los síntomas ayudan a determinar si su hijo necesita consultar a un médico.
Revise los síntomas de su hijo para decidir si su hijo debería consultar a un médico y cuándo debería hacerlo.
Revise sus síntomas
La evaluación médica de los síntomas se basa en las partes del cuerpo que usted tiene.
- Si es transgénero o de género no binario, seleccione el sexo que coincida con las partes del cuerpo (como los ovarios, los testículos, la próstata, las mamas, el pene o la vagina) que tenga ahora en la zona donde tenga los síntomas.
- Si sus síntomas no están relacionados con esos órganos, puede elegir el sexo con el que se identifique.
- Si tiene algunos órganos de ambos sexos, es posible que tenga que utilizar esta herramienta de triaje dos veces (una vez como "hombre" y otra vez como "mujer"). Esto es para asegurarse de que la herramienta haga las preguntas adecuadas para usted.
Muchos factores pueden afectar la forma en que el cuerpo responde a un síntoma y qué tipo de atención podría necesitar. Estos incluyen:
- Su edad. Los bebés y los adultos mayores tienden a enfermarse con más rapidez.
- Su estado de salud general. Si tiene una afección como diabetes, VIH, cáncer o enfermedad cardíaca, es posible que deba prestar especial atención a determinados síntomas y buscar atención antes.
- Los medicamentos que toma. Ciertos medicamentos, como los medicamentos que previenen la formación de coágulos de sangre (anticoagulantes), medicamentos que inhiben el sistema inmunitario como los esteroides o la quimioterapia, remedios herbarios o suplementos pueden provocar síntomas o empeorarlos.
- Hechos relacionados con la salud recientes, como una cirugía o una lesión. Estos tipos de hechos pueden causar síntomas más adelante o agravarlos.
- Sus hábitos de salud y su estilo de vida, como los hábitos alimentarios y de ejercicio, el hábito de fumar, el consumo de alcohol o de drogas, los antecedentes sexuales y los viajes.
Pruebe el tratamiento en el hogar
Usted respondió todas las preguntas. En función de sus respuestas, es posible que pueda resolver este problema en el hogar.
- Pruebe el tratamiento en el hogar para aliviar los síntomas.
- Llame a su médico si los síntomas empeoran o si tiene alguna inquietud (por ejemplo, si los síntomas no mejoran como debería esperar). Es posible que necesite atención antes.
Los síntomas de enfermedad grave en un bebé podrían incluir los siguientes:
- El bebé está flojo y caído como un muñeco de trapo.
- El bebé no responde en absoluto cuando lo alzan, lo tocan o le hablan.
- Es difícil despertar al bebé.
Los síntomas de enfermedad grave podrían incluir:
- Dolor de cabeza intenso.
- Rigidez en el cuello.
- Cambios mentales, como sentirse confuso o mucho menos alerta.
- Fatiga extrema (hasta el punto de resultarle difícil desenvolverse).
- Temblores y escalofríos.
Si no está seguro de si la fiebre de un niño es alta, moderada o leve, tenga en cuenta lo siguiente:
Con fiebre alta:
- El niño siente mucho calor.
- Es probable que sea una de las fiebres más altas que haya tenido el niño.
Con fiebre moderada:
- El niño siente calor o un poco de calor.
- Usted está seguro de que el niño tiene fiebre.
Con fiebre leve:
- Es posible que el niño sienta un poco de calor.
- Usted cree que el niño podría tener fiebre, pero no está seguro.
Los síntomas de dificultad para respirar pueden ser de leves a graves. Por ejemplo:
- Podría sentir un poco de falta de aliento, pero aún puede hablar (dificultad para respirar leve), o podría sentir tanta falta de aliento que no puede hablar en absoluto (dificultad para respirar grave).
- Podría resultarle difícil respirar cuando realiza actividades (dificultad para respirar leve), o podría tener que hacer mucho esfuerzo para respirar incluso cuando está en reposo (dificultad para respirar grave).
Los síntomas de dificultad para respirar en un bebé o niño pequeño pueden extenderse de leves a graves. Por ejemplo:
- Es posible que el niño esté respirando un poco más rápido que lo habitual (dificultad para respirar leve) o que tenga tantos problemas que las fosas nasales se agrandan y el abdomen se mueve hacia adentro y hacia afuera con cada respiración (dificultad para respirar grave).
- El niño puede parecer tener un poco de falta de aliento, pero aún puede comer o hablar (dificultad para respirar leve) o es posible que esté respirando con tanta dificultad que no puede comer ni hablar (dificultad para respirar grave).
Problemas para respirar graves significa:
- El niño no puede comer ni hablar porque está respirando muy fuerte.
- Las fosas nasales del niño se agrandan, y el abdomen se mueve hacia adentro y hacia afuera con cada respiración.
- Parece que el niño se está agotando.
- El niño parece muy somnoliento o confundido.
Problemas para respirar moderados significa:
- El niño está respirando mucho más rápido de lo habitual.
- El niño debe tomarse descansos cuando come o cuando habla para poder respirar.
- Las fosas nasales se agrandan, o el estómago se mueve hacia adentro y hacia afuera en los momentos en que el niño respira.
Problemas para respirar leves significa:
- El niño está respirando un poco más rápido de lo habitual.
- Parece que el niño tiene un poco de falta de aliento, pero aún puede comer o hablar.
Un bebé que se encuentra extremadamente enfermo:
- Puede estar flojo y caído como un muñeco de trapo.
- Puede no responder en absoluto cuando lo alzan, lo tocan o le hablan.
- Puede ser difícil despertarlo.
Un bebé que se encuentra enfermo (pero no extremadamente enfermo):
- Puede tener más sueño de lo habitual.
- Puede no comer ni beber tanto como lo hace habitualmente.
La temperatura varía un poco según cómo se mida. A continuación, se detallan los márgenes en niños de hasta 11 años, para temperaturas alta, moderada y leve según cómo se haya tomado la temperatura.
Temperatura bucal, timpánica (en el oído) o rectal
- Alta: 104°F (40°C) o más
- Moderada: 100.4°F (38°C) a 103.9°F (39.9°C)
- Leve: 100.3°F (37.9°C) o menos
Una medición de la temperatura en la frente suele ser entre 0.5°F (0.3°C) y 1°F (0.6°C) más baja que la temperatura oral.
Temperatura axilar
- Alta: 103°F (39.5°C) o más
- Moderada: 99.4°F (37.4°C) a 102.9°F (39.4°C)
- Leve: 99.3°F (37.3°C) o menos
Nota: Para niños de menos de 5 años, la temperatura rectal es la más precisa.
Puede usar una pequeña pera de goma (que se llama pera de aspiración) para extraer mucosidad de la nariz o de la boca de su bebé cuando un resfriado o una alergia hacen que sea difícil para el bebé comer, dormir o respirar.
Para usar la pera:
- Coloque algunas gotas nasales de solución salina en cada lado de la nariz del bebé antes de comenzar.
- Coloque al bebé con la cabeza levemente inclinada hacia atrás.
- Apriete la base redonda de la pera.
- Introduzca suavemente la punta de la pera bien adentro de la nariz del bebé.
- Suelte la pera para extraer (succionar) mucosidad de la nariz.
No haga esto más de 5 o 6 veces al día. Hacerlo con demasiada frecuencia puede empeorar la congestión y también puede causar que el recubrimiento de la nariz se hinche o sangre.
Determinadas afecciones de salud y medicamentos debilitan la capacidad del sistema inmunitario de combatir las infecciones y las enfermedades. Algunos ejemplos en los niños son:
- Enfermedades como diabetes, fibrosis quística, enfermedad de células falciformes y enfermedades cardíacas congénitas.
- Medicamentos esteroides, que se usan para tratar una variedad de afecciones.
- Medicamentos que se hayan tomado después de un trasplante de órganos.
- Quimioterapia y radioterapia para el cáncer.
- No tener bazo.
El babeo y los problemas para tragar repentinos pueden ser señales de un problema grave, que se llama epiglotitis. Este problema puede suceder a cualquier edad.
La epiglotis es un colgajo de tejido en la parte de atrás de la garganta que no puede verse cuando uno mira dentro de la boca. Al tragar, se cierra para mantener los alimentos y los líquidos fuera del conducto (tráquea), que lleva a los pulmones. Si la epiglotis se inflama o se infecta, puede hincharse y obstruir las vías respiratorias rápidamente. Esto hace que respirar sea muy difícil.
Los síntomas comienzan repentinamente. Es probable que una persona con epiglotitis parezca muy enferma, tenga fiebre, babee y tenga problemas para respirar, tragar y emitir sonidos. En el caso de un niño, es posible que usted note que el niño trata de sentarse e inclinarse hacia adelante, con la mandíbula hacia adelante, debido a que es más fácil respirar en esta posición.
Busque atención ahora
En función de sus respuestas, es posible que usted necesite recibir atención de inmediato. Es probable que el problema empeore si no recibe atención médica.
- Llame a su médico ahora para analizar los síntomas y para coordinar la atención.
- Si no puede comunicarse con su médico o no tiene uno, busque atención en la siguiente hora.
- No necesita llamar a una ambulancia, a menos que:
- No pueda viajar en forma segura conduciendo usted mismo o pidiéndole a alguien que le lleve.
- Esté en un área en la que haya mucho tránsito u otros problemas que podrían retrasarle.
Llame al 911 ahora
En función de sus respuestas, usted necesita atención de urgencia.
Llame ahora al 911 o a otros servicios de emergencia.
A veces, las personas no quieren llamar al 911. Podrían creer que sus síntomas no son graves o que simplemente pueden pedirle transporte a otra persona. O podría preocuparles el costo. Pero, en función de sus respuestas, la manera más rápida y segura de obtener la atención que necesita es llamar al 911 para solicitar transporte médico al hospital.
Busque atención hoy
En función de sus respuestas, es posible que usted necesite recibir atención pronto. Probablemente, el problema no mejore si no recibe atención médica.
- Llame a su médico hoy para analizar los síntomas y para coordinar la atención.
- Si no puede comunicarse con su médico o no tiene uno, busque atención hoy.
- Si sucede por la noche, preste atención a los síntomas y busque atención por la mañana.
- Si los síntomas empeoran, busque atención antes.
Programe una cita
En función de sus respuestas, es posible que el problema no mejore si no recibe atención médica.
- Programe una cita para consultar a su médico en las próximas 1 a 2 semanas.
- Si corresponde, pruebe el tratamiento en el hogar mientras espera la cita.
- Si los síntomas empeoran o si tiene alguna inquietud, llame a su médico. Es posible que necesite atención antes.
Tratamiento en el hogar
La mayoría de los niños tienen entre 7 y 10 infecciones respiratorias leves de las vías altas cada año. Su hijo podría sentirse incómodo y tener congestión nasal. Por lo general, la infección mejora en una semana y desaparece en 14 días.
El tratamiento en el hogar es adecuado para síntomas leves y puede ayudar a que su hijo se sienta mejor.
- Mantenga la temperatura ambiente que sea cómoda para usted y para su hijo. Un ambiente caluroso y seco aumentará la congestión nasal.
- Levante la cabecera de la cama de su bebé alrededor de 1 pulgada (2.5 cm) a 2 pulgadas (5 cm) colocando bloques bajo la cama. No levante solo el colchón porque podría dejar un espacio en el que su bebé podría caerse. No levante la cabecera si su bebé tiene menos de 6 meses.
- Prevenga la deshidratación.
- Deje que su bebé se amamante más a menudo o dele biberones adicionales. Los líquidos podrían ayudar a diluir la mucosidad y también podrían reducir la fiebre (si es que la tiene).
- No despierte a su hijo mientras duerme la siesta ni durante la noche para darle líquidos.
- No obligue a su hijo a tomar líquidos, porque podría hacer que vomite.
- Mime y distraiga más a su hijo.
- Deje que su hijo descanse más para combatir la infección.
- No le dé a su hijo sobrantes de antibióticos ni otros medicamentos o antibióticos que hayan sido recetados para otra persona.
- Coloque un vaporizador o humidificador en la habitación de su hijo si está respirando por la boca.
- El vapor tibio podría ayudar a que su hijo se sienta más cómodo aliviando las vías respiratorias hinchadas. También podría ayudar con la ronquera de su hijo. Pero no deje que la habitación de su hijo se torne fría o muy húmeda hasta el punto de ser incómoda.
- Utilice un recipiente poco profundo de agua para humedecer el aire mediante la evaporación si no tiene un humidificador. Coloque el recipiente donde nadie se tropiece ni se caiga.
- Si su hijo tiene congestión nasal:
- Use gotas nasales de solución salina para ayudarle con la congestión nasal.
- Use una pera de goma para succionar la nariz con moderación. Eso ayudará a reducir el drenaje nasal si su bebé está teniendo dificultad para mamar o para alimentarse con el biberón o si parece tener falta de aire. A menudo, a los bebés no les gusta que les succionen la nariz con una pera de goma.
- No le dé a su hijo antihistamínicos ni descongestionantes orales, a menos que el médico de su hijo se lo haya indicado. Los antihistamínicos y los descongestionantes pueden alterar el comportamiento de su hijo, lo que podría dificultarle a usted determinar lo enfermo que está realmente. Los estudios demuestran que los medicamentos para la tos de venta libre no son muy eficaces. Y algunos de estos medicamentos pueden causar problemas si se usan demasiado. Es importante usar los medicamentos correctamente y mantenerlos fuera del alcance de los niños para prevenir el uso accidental.
- Si su hijo tiene tos:
- La miel o el jugo de limón en té o en agua caliente podrían ayudar en caso de tos seca. No les dé miel a los niños menores de 1 año. Podría contener bacterias perjudiciales para los bebés.
- Tenga cuidado con los medicamentos para la tos y los resfriados. No se los dé a niños menores de 6 años porque no son eficaces para los niños de esa edad y pueden incluso ser perjudiciales. Para niños de 6 años y mayores, siga siempre todas las instrucciones cuidadosamente. Asegúrese de saber qué cantidad de medicamento debe administrar y durante cuánto tiempo se debe usar. Y utilice el dosificador si hay uno incluido. Para obtener más información, vea Consejos prácticos: Cómo dar medicamentos de venta libre a los niños.
- Si su hijo tiene tos perruna durante la noche, usted puede ayudarle a respirar mejor usando un humidificador o haciendo correr el agua caliente en la ducha del baño para humedecer el aire.
Pruebe un medicamento de venta libre para tratar la fiebre o el dolor de su hijo: |
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Hable con el médico de su hijo antes de alternar entre dosis de acetaminofén e ibuprofeno. Cuando alterna entre dos medicamentos, existe la posibilidad de que le administre demasiado medicamento a su hijo. |
Asegúrese de seguir estos consejos de seguridad cuando use medicamentos de venta libre: |
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Síntomas a los que debe prestar atención durante el tratamiento en el hogar
Llame al médico de su hijo si durante el tratamiento en el hogar ocurre cualquiera de las siguientes cosas:
- Tiene dificultad para respirar.
- Tiene un aumento del babeo.
- Empeora la tos o se manifiesta una tos persistente.
- Los síntomas empeoran o se vuelven más frecuentes.
Prevención
Es común que los niños tengan problemas respiratorios (como infecciones virales) porque a menudo están expuestos a otras personas que tienen infecciones y no han terminado de desarrollar su inmunidad. No hay ninguna manera segura de prevenir muchas de las enfermedades respiratorias en bebés y en niños. Los bebés muy pequeños enfrentan un riesgo mayor de tener complicaciones a causa de enfermedades respiratorias, por lo que es importante hacer todo lo posible para protegerlos de la exposición. Lo siguiente podría ayudar a reducir los riesgos de problemas respiratorios de su hijo:
- Si usted tiene una infección respiratoria, como un resfriado o gripe, o si está cuidando a una persona con una infección respiratoria, lávese las manos antes de cuidar a su hijo. Lavarse las manos elimina los gérmenes en las manos y la propagación de gérmenes a su hijo cuando lo toca o cuando toca un objeto que él podría tocar.
- Si su hijo va a una guardería, pídale al personal que se laven las manos con frecuencia para evitar el contagio de infecciones.
- Asegúrese de que su hijo reciba todas sus vacunas, especialmente para la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTaP), y para la Haemophilus influenzae tipo b (Hib). Para obtener más información, vea el tema Vacunaciones.
- Amamante a su bebé durante, al menos, los primeros 6 meses después del nacimiento, si es posible. Los niños que son amamantados tienen menos problemas respiratorios que aquellos que no son amamantados.
- Si uno de sus hijos está enfermo, sepárelo de los otros niños en el hogar, si es posible. Ponga a su hijo a dormir solo en una habitación.
- No fume ni use otros productos de tabaco. Si fuma, deje de hacerlo. Si no puede dejar de fumar, no fume en la casa ni en el automóvil. El humo del tabaco ambiental irrita las membranas mucosas de la nariz, los senos paranasales y los pulmones de su hijo, y aumenta su riesgo de tener infecciones respiratorias. Para obtener más información, vea el tema Cómo dejar de fumar.
- Evite darles a los niños pequeños comida u objetos que podrían tragar e inhalar de forma incorrecta, como nueces, palomitas de maíz, golosinas pequeñas o juguetes pequeños. Un objeto inhalado puede provocar una infección respiratoria. Para obtener más información, vea el tema Objetos tragados o inhalados.
- Para obtener información sobre la prevención de alergias o asma, vea el tema Rinitis alérgica o Asma en niños.
Cómo prepararse para su cita
A fin de prepararse para su cita, vea el tema Cómo aprovechar al máximo su cita.
Usted puede ayudar al médico de su hijo a diagnosticar y a tratar la afección de su hijo preparándose para responder las siguientes preguntas:
- ¿Comenzaron los síntomas como un resfriado pero ahora parecen ser peores de lo que esperaría de un resfriado?
- ¿Qué tratamiento en el hogar ha probado? ¿Le ayudó?
- ¿Qué medicamentos sin receta médica ha utilizado? ¿Le ayudaron?
- ¿Qué medicamentos recetados o sin receta médica toma su hijo?
- ¿Parece que su hijo tiene algún síntoma que indique una infección en una zona, como dolor en un oído?
- ¿Ha tenido su hijo alguna otra enfermedad recientemente?
- ¿Ha recibido su hijo las vacunas de rutina?
- ¿Tiene síntomas similares otro miembro de su familia?
- ¿Ha estado su hijo comiendo, durmiendo y jugando con normalidad?
- ¿Han viajado usted, su hijo u otro miembro de su familia recientemente, ya sea dentro o fuera del país?
- ¿Tiene su hijo algún riesgo de salud?
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Créditos
Revisado: 14 noviembre, 2022
Autor: El personal de Healthwise
Evaluación médica:
William H. Blahd Jr. MD, FACEP - Medicina de emergencia
John Pope MD - Pediatría
Kathleen Romito MD - Medicina familiar
Adam Husney MD - Medicina familiar
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