Hepatitis B

Generalidades de la afección

Ubicación del hígado en el cuerpo

¿Qué es la hepatitis B?

La hepatitis B es un virus que infecta el hígado. La mayoría de los adultos que la contraen la tienen por un corto tiempo y se recuperan. Esto se llama hepatitis B aguda.

Algunas veces, el virus produce una infección a largo plazo que se llama hepatitis B crónica. Con el tiempo, puede dañarle el hígado. Los bebés y los niños pequeños infectados con el virus tienen más probabilidades de tener hepatitis B crónica.

Usted puede tener hepatitis B y no saberlo. Es posible que no tenga síntomas. Si los tiene, estos pueden hacer que se sienta como si tuviese gripe. Sin embargo, por el tiempo que tenga el virus, puede transmitirlo a otras personas.

¿Qué causa la hepatitis B?

La hepatitis B es causada por el virus de la hepatitis B. Se transmite mediante el contacto con la sangre y los líquidos corporales de una persona infectada.

Es posible que contraiga hepatitis B si:

  • Tiene relaciones sexuales con una persona infectada sin usar condón.
  • Comparte agujas (usadas para inyectar drogas) con una persona infectada.
  • Se hace un tatuaje o una perforación con instrumentos que no se esterilizaron.
  • Comparte artículos personales, como cuchillas de afeitar o cepillos de dientes con una persona infectada.

Una madre que tiene el virus puede transmitírselo a su bebé durante el parto. Los expertos médicos recomiendan que todas las mujeres embarazadas se hagan un análisis de hepatitis B. Si tiene el virus, se puede vacunar al bebé para ayudar a prevenir que se contagie el virus.

Usted no puede contagiarse la hepatitis B por un contacto casual, como abrazarse, besarse, estornudar, toser, o compartir alimentos o bebidas.

¿Cuáles son los síntomas?

Muchas personas que tienen hepatitis B no saben que la tienen, porque no tienen síntomas. Si en efecto tiene síntomas, es posible que se sienta como si tuviese gripe. Los síntomas incluyen:

  • Sentirse muy cansado.
  • Fiebre leve.
  • Dolor de cabeza.
  • No querer comer.
  • Malestar estomacal o vómito.
  • Dolor abdominal.
  • Evacuaciones (heces) de color café claro.
  • Orina oscura.
  • Ojos y piel amarillentos (ictericia). La ictericia suele aparecer solo después de que hayan comenzado a desaparecer otros síntomas.

La mayoría de las personas con hepatitis B crónica no tienen síntomas.

¿Cómo se diagnostica la hepatitis B?

Un simple análisis de sangre puede informar a su médico si usted tiene el virus de la hepatitis B en la actualidad o si lo ha tenido en el pasado. Además, es posible que su médico pueda darse cuenta de si usted se ha aplicado la vacuna para prevenir el virus.

Si su médico piensa que usted podría tener daño hepático a causa de la hepatitis B, él o ella podría usar una aguja para tomarle una muestra diminuta del hígado para analizarla. Esto se llama biopsia de hígado.

¿Cómo se trata?

En la mayoría de los casos, la hepatitis B desaparece sola. Usted puede aliviar sus síntomas en el hogar haciendo reposo, comiendo alimentos saludables, bebiendo abundante agua y evitando el alcohol y las drogas. Además, pregúntele a su médico qué medicamentos y productos herbarios debe evitar, debido a que algunos de estos pueden empeorar el daño hepático causado por la hepatitis B.

El tratamiento para la hepatitis B crónica depende de si su infección empeora y de si tiene daño hepático. La mayoría de las personas con hepatitis B crónica pueden llevar una vida activa y plena cuidándose bien y haciéndose controles regulares. Existen medicamentos para la hepatitis B crónica, pero es posible que no sean adecuados para todas las personas. Colabore con su médico para decidir si tomar medicamentos es lo adecuado para usted.

A veces, la hepatitis B crónica puede causar daño hepático grave. Si esto sucede, es posible que necesite un trasplante de hígado.

¿Se puede prevenir la hepatitis B?

La vacuna de la hepatitis B es la mejor manera de prevenir una infección. La vacuna es una serie de 2, 3 o 4 inyecciones. Los adultos en riesgo y todos los bebés, niños y adolescentes deberían vacunarse.

También hay disponible una vacuna combinada que brinda protección tanto contra la hepatitis B como contra la hepatitis A.

Para evitar contraer el virus o transmitírselo a otras personas:

  • Use un condón cuando tenga relaciones sexuales.
  • No comparta agujas.
  • Use guantes desechables si tiene que tocar sangre.
  • No comparta cepillos de dientes ni cuchillas de afeitar.
  • No se haga tatuajes, o asegúrese de que las agujas que se usen se hayan limpiado adecuadamente y sean estériles.

Herramientas de salud

Las Herramientas de salud le permiten tomar decisiones acertadas sobre salud o tomar medidas para mejorar su salud.

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Causa

La hepatitis B es una enfermedad del hígado causada por una infección por el virus de la hepatitis B.

Cómo se transmite la hepatitis B

El virus se transmite cuando la sangre, el semen o los líquidos vaginales (incluyendo sangre menstrual) de una persona infectada ingresan en el cuerpo de otra persona. Esto suele pasar a través de:

  • Contacto sexual. El virus de la hepatitis B puede ingresar en el organismo a través de una ruptura en el recubrimiento del recto, la vagina, la uretra (el conducto que transporta la orina fuera del cuerpo) o la boca.
  • Compartir agujas y otros equipos (como algodón, cucharas y agua) usados para inyectarse drogas ilegales.
  • Tareas laborales. Las personas que manipulan sangre o instrumentos usados para extraer sangre pueden infectarse. Los trabajadores de atención médica corren el riesgo de infectarse si se pinchan accidentalmente con una aguja usada u otro instrumento filoso que tenga sangre de una persona infectada. La infección también puede suceder si se salpica sangre sobre una superficie expuesta, como los ojos, la boca o un corte en la piel.
  • Parto. Un bebé recién nacido puede contagiarse el virus de su madre. Esto puede suceder durante el parto cuando el bebé entra en contacto con los líquidos corporales de la madre en el canal de parto. Sin embargo, la lactancia no transmite el virus de una mujer a su hijo.
  • Perforaciones estéticas corporales y tatuajes. El virus puede transmitirse cuando las agujas usadas para realizar perforaciones corporales o tatuajes no han sido esterilizadas y la sangre infectada ingresa en la piel de una persona.
  • Artículos de tocador. Los artículos de tocador, como las cuchillas de afeitar y los cepillos de dientes pueden transmitir el virus si tienen sangre de una persona que está infectada.

En el pasado, las transfusiones de sangre eran una manera común de transmisión de la hepatitis B. Los trasplantes de órganos también podían diseminar la enfermedad. Actualmente, toda la sangre y los órganos donados en los Estados Unidos son sometidos a pruebas de detección del virus. De modo que es extremadamente improbable que usted pudiera contagiarse a partir de una transfusión de sangre o de un trasplante de órganos.

Períodos de contagio y de incubación

Los síntomas aparecen alrededor de 3 meses después de que usted haya tenido contacto con el virus (período de incubación). Pero pueden aparecer desde tan pronto como 1 mes a tan tarde como 6 meses después del contacto. La sangre, el semen y los líquidos vaginales, independientemente de si están frescos o secos, son altamente contagiosos durante este período y por varias semanas después del inicio de los síntomas.

Si tiene una infección a corto plazo (aguda), en la mayoría de los casos usted no puede transmitir el virus después de que el cuerpo empieza a producir un tipo determinado de anticuerpos contra la hepatitis B. Esto suele llevar varias semanas. Si usted tiene una infección a largo plazo (crónica), puede transmitir el virus siempre y cuando tenga una infección activa.

Síntomas

La mayoría de las personas que tienen hepatitis B aguda no tienen síntomas. Pero si tiene síntomas, pueden incluir:

  • Cansancio extremo (fatiga).
  • Fiebre leve.
  • Dolor de cabeza.
  • Pérdida del apetito, náuseas y vómito.
  • Malestar constante en el lado derecho del abdomen debajo de la caja torácica. (Allí es donde se encuentra el hígado).
  • Evacuaciones (heces) de color café claro.
  • Orina oscura.
  • Ictericia. Esto significa que la piel y la parte blanca de los ojos se vean amarillas. La ictericia es una señal importante de daño en el hígado. Suele aparecer después de que otros síntomas han comenzado a desaparecer.

La mayoría de las personas que tienen infección crónica no tienen síntomas.

Usted puede infectarse sin saberlo. Es posible que no se entere de que tiene una infección hasta que se realice un análisis de sangre de rutina o done sangre. Enterarse de que un familiar o alguien con quien usted vive está infectado también puede ser motivo para hacerse una prueba. Algunas personas nunca se enteran de que tienen hepatitis B hasta que un médico descubre que tienen cirrosis o cáncer de hígado.

Qué sucede

La mayoría de las personas que tienen hepatitis B tienen una infección aguda (a corto plazo).

  • Comienzan a sentirse mejor después de 2 o 3 semanas. Producen anticuerpos contra la hepatitis B. Estos anticuerpos brindan protección de por vida contra infecciones futuras.
  • Una pequeña cantidad de personas tienen síntomas que duran meses y a veces años.
  • La enfermedad puede ser más grave en personas que tienen más de 60 años.

Si usted permanece infectado con el virus durante 6 meses o más, tiene hepatitis B crónica.

El riesgo de tener una infección crónica está relacionado con la edad a la que se infectó. El riesgo es más alto para los recién nacidos que se infectan al nacer y para niños hasta 5 años.

Muchas personas que tienen hepatitis B crónica no tienen complicaciones. Pero aproximadamente entre 15 y 25 de cada 100 personas que tienen una infección crónica morirán de cirrosis o de cáncer de hígado.nota 1 (Esto significa que entre 75 y 85 de cada 100 personas que tienen una infección crónica no morirán de estas enfermedades). Tener muchos virus en el cuerpo (una alta carga viral) aumenta el riesgo de tener cirrosis y cáncer de hígado.

  • Tiene más probabilidades de tener cirrosis si es portador de un antígeno específico de la hepatitis B, si es mayor de 40 años y si tiene enzimas hepáticas elevadas. Para obtener más información, vea el tema Cirrosis.
  • Los factores de riesgo para tener cáncer de hígado después de una infección crónica incluyen ser hombre, tener antecedentes familiares de cáncer de hígado, tener más de 40 años, tener cirrosis y, además, tener hepatitis C.

Una infección por el virus de la hepatitis D (delta) es un problema que puede tener lugar en relación con la infección con hepatitis B, pero no es común. Sucede solamente en aquellos con hepatitis B. Y puede hacer que esa infección sea más grave.

Las personas que tienen hepatitis B que tienen comportamientos de alto riesgo (como tener múltiples parejas sexuales o inyectarse drogas ilegales) tienen un mayor riesgo de hepatitis C. También corren un riesgo más alto de contraer VIH, el virus que causa el SIDA.

Qué aumenta el riesgo

Las personas que tienen determinados comportamientos o ciertos trabajos corren un alto riesgo de infectarse con hepatitis B.

Los factores laborales de riesgo incluyen:

  • Manipular sangre o líquidos corporales como parte rutinaria de su trabajo. Esto incluye a los trabajadores de atención médica, como los médicos, los dentistas, las enfermeras y los técnicos de laboratorio y de análisis de sangre, y a los estudiantes de estas ocupaciones. También incluye a los directores de pompas fúnebres y a los embalsamadores.
  • Ser empleado o residente de una institución para personas que tienen discapacidades del desarrollo.
  • Ser empleado o preso en una cárcel.

Los factores de riesgo por estilo de vida incluyen:

  • Haber nacido o haber viajado a regiones del mundo en las que es común la hepatitis B o en las que hay una gran cantidad de personas que llevan mucho tiempo infectadas. Estas zonas incluyen el sudeste y el centro de Asia, las islas del Pacífico Sur, la cuenca del río Amazonas, el Oriente Medio, África, Europa del Este y China.
  • Ser un hombre que tiene relaciones sexuales con otros hombres.
  • Tener actividad sexual. Esto incluye tener relaciones sexuales sin protección con una persona que está infectada con el virus o cuyos antecedentes sexuales no conoce.
  • Tener más de una pareja sexual. (Su riesgo es más alto si tiene otra infección de transmisión sexual, como la clamidia).
  • Vivir con alguien que tiene infección por hepatitis B crónica.
  • Hacerse hacer perforaciones corporales o tatuajes por alguien que no esteriliza su equipo.
  • Compartir agujas u otros equipos (como algodón, cucharas y agua) para inyectarse drogas ilegales.

Otros factores incluyen:

  • Nacer de una mujer que está infectada con hepatitis B (en caso de que el recién nacido no reciba de inmediato la vacuna contra la hepatitis B ni la inmunoglobulina contra la hepatitis B). Sin embargo, la lactancia no transmite el virus a un niño.
  • Tener un trastorno de la coagulación de la sangre, como hemofilia, que requiera que reciba factores de coagulación de otros donantes humanos.
  • Tener una enfermedad renal grave que requiera que se le filtre la sangre a través de una máquina (hemodiálisis).
  • Tener enfermedad hepática crónica.
  • Estar infectado por el VIH.
  • Ser mordido por una persona que tiene el virus.

Cuándo pedir ayuda

Si ve que una persona con hepatitis B pierde el conocimiento, llame al 911 o a otros servicios de emergencia.

Llame a un médico inmediatamente si lo han diagnosticado con hepatitis B y tiene deshidratación grave o estas señales de insuficiencia hepática:

  • Irritabilidad extrema.
  • Problemas para pensar claramente.
  • Somnolencia extrema.
  • Hinchazón de los brazos, las piernas, las manos, los pies, el abdomen o la cara.
  • Sangrado intenso de la nariz, de la boca o del recto (que incluye sangre en las heces), o debajo de la piel.
  • Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos.

Llame para programar una cita si:

  • Tiene factores de riesgo para hepatitis B, como manipular sangre o líquidos corporales como parte rutinaria de su trabajo o tener muchas parejas sexuales.
  • Tiene algún síntoma de hepatitis B (vea Síntomas).
  • Se le ha diagnosticado hepatitis B a alguien en su casa.
  • Se le ha diagnosticado hepatitis B a su pareja sexual.
  • Alguien que tiene hepatitis B lo ha mordido o usted ha estado expuesto a la sangre o líquidos corporales (como semen o líquidos vaginales, incluyendo la sangre menstrual) de alguien que tiene hepatitis B.

Espera vigilante

La espera vigilante es un período durante el cual usted y su médico observan sus síntomas o afección sin usar un tratamiento médico. Debido a la necesidad de prevenir la transmisión de la hepatitis B, la espera vigilante no es recomendada si tiene síntomas del virus o si piensa que ha estado en contacto con el virus.

A quién consultar

Por lo general, pueden diagnosticar la hepatitis B:

Estos especialistas pueden colaborar con su médico para planificar el tratamiento:

Exámenes y pruebas

Su médico diagnosticará hepatitis B basándose en un examen físico y en análisis de sangre. También le preguntará sobre su historial médico (incluyendo riesgos posibles para el virus, como su trabajo y su actividad sexual).

Análisis de sangre para diagnosticar la hepatitis B

Se hacen análisis de sangre para ayudar a diagnosticar la hepatitis B. Incluyen:

  • Antígenos y anticuerpos contra la hepatitis B. Estos ayudan a determinar si está o estuvo infectado con el virus. También pueden mostrar si ha estado inmunizado y si tiene una infección a largo plazo (crónica). También se le pueden hacer pruebas del material genético del virus ( ADN del HBV). Para obtener más información, vea Pruebas del virus de la hepatitis B.
  • Pruebas para ver si los virus de la hepatitis A, la hepatitis C o de Epstein-Barr le están provocando hepatitis.
  • Pruebas para ver si está infectado con hepatitis D junto con hepatitis B.

Análisis de sangre para ver si hay daño hepático

Se pueden hacer análisis de sangre para ayudar a descubrir si su hígado se ha dañado. Se incluyen:

Pruebas si está recibiendo tratamiento o si está pensando en ello

Es posible que se realicen pruebas si tiene hepatitis crónica y está considerando tratamiento antiviral. Estas pruebas también pueden usarse para averiguar si el tratamiento ha ayudado a controlar el daño al hígado. Las pruebas incluyen:

Prueba para cáncer de hígado

Es posible que se realice una prueba de alfa-fetoproteína (AFP). Si el nivel de AFP es elevado, puede indicar cáncer de hígado.

Visitas de seguimiento

Si tiene una infección crónica, deberá visitar a su médico en forma regular. El médico le hará análisis de sangre para revisar su función hepática y la actividad del virus en su cuerpo.

Algunos de los análisis pueden decirle a su médico si el virus se está multiplicando en su hígado. Esto aumenta su riesgo de hepatitis crónica.

Detección temprana

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que todas las mujeres embarazadas se realicen la prueba del antígeno de superficie de la hepatitis B. La prueba puede mostrar si una mujer tiene una infección actual de hepatitis B. Esta prueba también puede repetirse más tarde en el embarazo si una mujer tiene alto riesgo de infección.

Usted puede hacerse una prueba de hepatitis B antes de vacunarse.

  • La prueba mostrará si tiene una infección activa de hepatitis B y necesita tratamiento.
  • Si la prueba indica que ya está protegido contra la hepatitis B, no necesitará recibir la vacuna contra la hepatitis B.
  • Vacunarse no es peligroso, incluso si ya tiene anticuerpos contra el virus en la sangre.

Generalidades del tratamiento

El tratamiento para la infección por hepatitis B depende de lo activo que esté el virus y de si usted tiene riesgo de daño hepático, como cirrosis.

Tratamiento para la hepatitis B a corto plazo (aguda)

El tratamiento depende de si usted:

  • Se ha infectado recientemente con el virus.
  • Tiene los síntomas de una infección aguda.
  • Tiene una infección crónica.

Si no le han puesto una vacuna contra la hepatitis B y piensa que puede haber estado expuesto al virus, deberían aplicarle una inyección de inmunoglobulina contra la hepatitis B (HBIG, por sus siglas en inglés) y la primera de las tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B. Es importante recibir este tratamiento dentro de los 7 días después de pincharse con una aguja y dentro de 2 semanas después de un contacto sexual que pueda haberlo expuesto al virus. Cuanto antes reciba el tratamiento después de la exposición, más eficaz será el tratamiento.

Si tiene los síntomas de infección aguda, por lo general, no se necesita un tratamiento con medicamentos antivirales. Generalmente, el tratamiento en el hogar, como alimentarse bien, tomar gran cantidad de líquidos y evitar el alcohol y las drogas, aliviarán los síntomas.

En algunos casos, se le pueden dar medicamentos para tratar una infección aguda. Pero usar medicamentos no suele hacerse a menos que una persona esté muy enferma.

Tratamiento para la hepatitis B a largo plazo (crónica)

El tratamiento depende de lo activo que esté el virus en el cuerpo y de sus probabilidades de daño hepático. La meta del tratamiento es detener el daño hepático previniendo la multiplicación del virus.

Los medicamentos antivirales se utilizan si el virus está activo y si usted tiene riesgo de daño hepático. Los medicamentos retrasan la capacidad del virus para multiplicarse.

El tratamiento antiviral no se da a todo el que tenga hepatitis B crónica.

Visitas de seguimiento

Independientemente de si toma medicamentos, usted tendrá que visitar a su médico periódicamente. El médico le realizará análisis de sangre para revisarle el hígado y la actividad del virus de la hepatitis B en su organismo.

Algunas de las pruebas pueden detectar si el virus se está multiplicando en el hígado, lo cual aumentaría su riesgo de daño hepático.

Trasplante de hígado

Si tiene daño hepático avanzado y su afección pone su vida en peligro, podría necesitar un trasplante de hígado. Pero no todas las personas son buenas candidatas para un trasplante de hígado.

Prevención

Usted puede protegerse de la infección por hepatitis B evitando el contacto con los líquidos corporales de cualquier persona cuya salud e historial sexual no conoce. Para prevenir la infección:

  • Use un condón cuando tenga relaciones sexuales.
  • No comparta agujas.
  • No comparta cepillos de dientes ni cuchillas de afeitar.
  • Use guantes desechables si tiene que tocar sangre.
  • No se haga tatuajes a menos que esté seguro de que las agujas que se usen se hayan limpiado adecuadamente y sean estériles.

Vacuna contra la hepatitis B

La vacuna contra la hepatitis B es la manera más eficaz para prevenir una infección si usted recibe todas las inyecciones de la serie. La vacuna se administra en una serie de 2, 3 o 4 inyecciones.

La vacuna proporciona protección contra la infección por al menos 20 años. nota 2 También existe una vacuna combinada para la hepatitis A y B.

La vacuna se recomienda para ciertos grupos de personas, como profesionales de la salud, personas que tienen más de una pareja sexual y personas que tienen ciertas enfermedades.

Hable de la vacuna con su médico incluso si usted no forma parte de los grupos para los cuales se recomienda. En los Estados Unidos, aproximadamente 15 de cada 100 personas que se infectan no saben cómo se contagiaron.nota 3

En algunos casos, un médico solicitará una prueba de posvacunación para asegurarse de que usted ha desarrollado inmunidad al virus. Las personas que necesitan hacerse esta prueba incluyen aquellas que tienen un sistema inmunitario deteriorado o aquellas que trabajan en la atención de la salud o parejas sexuales de personas que tienen una infección crónica.

Si usted se expone al virus antes de haber recibido todas las inyecciones en la serie de la vacuna, podrían darle una dosis de un concentrado de inmunoglobulinas contra la hepatitis B (HBIG, por sus siglas en inglés poco después. En la mayoría de los casos, esto prevendrá la infección hasta que la vacuna surta efecto.

Si ha tenido relaciones sexuales con una persona que tiene hepatitis B y usted no ha recibido todas las dosis de la vacuna contra la hepatitis B, debería recibir una dosis de HBIG —además de continuar la serie de vacunación— dentro de los 14 días después de haber estado expuesto al virus.

Cómo evitar transmitir el virus si lo tiene

Si ya está infectado, usted puede tomar medidas para prevenir el contagio del virus a otras personas. Esto incluye no donar sangre ni compartir rasuradoras u otros artículos de tocador.

Para obtener más información sobre prevención, vea:

Cuidado personal

El tratamiento en el hogar puede ayudar a aliviar síntomas y prevenir la propagación del virus de la hepatitis B (HBV).

Limite su actividad

  • Reduzca su actividad según la energía que tenga. No tiene que permanecer en cama, pero préstele atención al cuerpo. No se esfuerce cuando se sienta fatigado.
  • Si se siente cansado en el trabajo o en la escuela, trate de reducir la cantidad de tareas.
  • Evite el ejercicio intenso.
  • A medida que comience a sentirse mejor, retome de a poco sus actividades regulares. Si intenta retomar su ritmo regular muy pronto, podría enfermarse nuevamente.

Coma bien

  • Aunque los alimentos no le atraigan, es importante alimentarse en forma adecuada. Para la mayoría de las personas, las náuseas y la pérdida del apetito empeoran a medida que pasa el día. Trate de comer comidas sustanciales (pero no pesadas) por la mañana y comidas más livianas más tarde en el día.
  • Los médicos solían recomendar una dieta rica en calorías y proteínas a las personas con hepatitis. Esto ya no se cree que sea de ayuda. Y tales alimentos pueden ser difíciles de comer cuando se siente con náuseas. Trate de seguir una dieta equilibrada al tiempo que come alimentos que le atraigan.

Evite la deshidratación

Es importante que mantenga el cuerpo bien hidratado cuando tiene hepatitis B, especialmente si ha estado vomitando.

  • Beba suficiente agua.
  • Si puede tolerarlos, los jugos de fruta y el caldo son otras buenas opciones, porque aportan calorías adicionales.
  • Muchas bebidas deportivas, como Gatorade o Powerade, pueden ayudar a reemplazar los minerales esenciales (electrolitos) que se pierden al vomitar. Usted también puede preparar su propia bebida rehidratante.

Evite el alcohol y las drogas

La hepatitis hace que sea difícil para el hígado procesar las drogas y el alcohol. Si toma drogas (fármacos recetados o drogas ilegales) o bebe alcohol cuando tiene hepatitis, sus efectos podrían ser más potentes y podrían durar más tiempo. También pueden empeorar el daño hepático.

  • Si está tomando medicamentos recetados, su médico podría indicarle que deje de usarlos hasta que el hígado haya tenido tiempo de curarse. No deje de tomar los medicamentos a menos que su médico se lo indique.
  • Consulte con su médico antes de tomar cualquier medicamento de venta libre, incluyendo productos herbarios y acetaminofén (como Tylenol). El acetaminofén puede empeorar la enfermedad del hígado, especialmente si continúa bebiendo alcohol.
  • Evite el alcohol hasta que su médico considere que su hígado se ha curado por completo. Esto podría llevar, como máximo, de 3 a 4 meses.

Intente controlar la comezón

Las personas que tienen hepatitis a veces tienen comezón en la piel. Usted puede controlar la comezón manteniéndose fresco y alejado del sol, usando ropa de algodón o usando antihistamínicos de venta libre, por ejemplo, uno que no produzca somnolencia como loratadina (Claritin) o uno que podría hacerle sentir somnoliento como difenhidramina (Benadryl). Hable con su médico antes de tomar estos medicamentos.

Medicamentos

El tratamiento con medicamentos no suele recomendarse para personas que tienen hepatitis B aguda. Pueden usarse medicamentos antivirales para una infección crónica si el virus se multiplica. También puede tomar medicamentos si tiene daño hepático, como cirrosis o si puede padecerlo en el futuro.

Es posible que la terapia antiviral no ayude si usted ya tiene daño hepático grave.

La Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades del Hígado ha dado recomendaciones en cuanto a quién debe recibir tratamiento antiviral para la hepatitis B crónica.

Es importante comparar los beneficios del tratamiento y los riesgos. El tratamiento para la hepatitis B crónica no cura la enfermedad, pero sí la contiene.

Opciones de medicamentos

  • Los interferones, como el interferón alfa-2b y el interferón pegilado alfa-2a
  • Los inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa inversa (NRTI, por sus siglas en inglés), como adefovir, entecavir, lamivudina, telbivudina y tenofovir

Para pensar

  • Los interferones tienen efectos secundarios comunes, incluyendo fiebre, dolor de cabeza y caída del cabello. También pueden provocar problemas mentales o empeorarlos.
  • Si tiene cirrosis, no puede usar interferones. Pero puede usar adefovir, entecavir, lamivudina, telbivudina y tenofovir.
  • Después de cualquier tipo de tratamiento para la hepatitis B, el virus podría volverse activo nuevamente (recaída).

Cirugía

No existe un tratamiento quirúrgico para la hepatitis B.

Si tiene daño hepático avanzado debido a la hepatitis y su afección se vuelve peligrosa para su vida, es posible que necesite un trasplante de hígado.

En raras ocasiones, la hepatitis B aguda avanza rápidamente a insuficiencia hepática, una afección mortal llamada hepatitis fulminante. Para las personas que llegan a tener esta afección, la única opción de tratamiento es el trasplante de hígado.

Otro tratamiento

Algunas personas que tienen hepatitis B aguda tienen náuseas y deshidratación graves. Si esto sucede, usted podría tener que permanecer en el hospital, de modo que pueda recibir líquidos por vía intravenosa.

Referencias

Citas bibliográficas

  1. American Public Health Association (2015). Hepatitis B. In DL Heymann, ed., Control of Communicable Diseases, 20th ed., pp. 257–264. Washington, DC: American Public Health Association.
  2. World Health Organization (2015). Hepatitis B fact sheet. Available online: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs204/en/index.html. Accessed May 7, 2015.
  3. Perrillo R (2010). Hepatitis B and D. In M Feldman et al., eds., Sleisenger and Fordtran's Gastrointestinal and Liver Disease, 9th ed., vol. 2, pp. 1287–1312. Philadelphia: Saunders Elsevier.

Créditos

Revisado: 13 junio, 2023

Autor: El personal de Healthwise
Comité de revisión clínica
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